Las piensa pero no las caza en
el tumulto de su cabeza.
Las quiere decir y se escapan
aquellas, las desordenadas,
Las que pierden el sentido una
vez dichas…
Las que no vas a entender.
Se pellizca la cara, se toca la
boca con un dedo
Como suplicando silencio para
recapacitar él mismo,
Se le bajan los ojos al suelo
sin querer.
Me mira y no me ve.
Qué ves cuando no puedes ver ya
nada… nada.
Los sentidos ya no funcionan, la
mente se va de paseo.
Oye mis palabras ordenadas, envueltas
de cariño,
le susurran que todo va bien.
Pero no le llega a la emoción,
se han desordenado entrando en
sus oídos,
se han estampado en su vacío.
Se han vuelto locas, se vuelve
loco él.
Se pellizca la cara, se toca la
boca con un dedo y dice:
No encuentro la voz ni la palabra…
Se le bajan los ojos al suelo
sin querer.
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