Sujeto a
aquellas piezas, agujereando el corazón por si se vaciaba.
Una
corriente de aire salió de su pecho, dicen que los suspiros son buenos.
Y si de un
soplo pudiera borrar todo aquello que le ahogaba, en algo estaría errando.
En su cuerpo
debía haber muchas cavidades que escondían suspiros no dados.
Inflado,
tuvo la sensación de no respirar…
Y ¿si me
ahogo? Pensó.
Y si llega
la inconsciencia reparándome… quizás.
No hay que
tener miedo a no respirar.
No hay que
tener miedo a cerrar los ojos y descansar.
Y su corazón
al fin voló.
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