(Una tarde que pensaba... qué bonito es el color gris)
De vez en cuando
vienen a mi cabeza
me taladran el pensamiento
me anulan la emoción.
No veo, no escucho, no siento, no puedo.
Sólo querían un poco de atención,
venían a avisarme
venían a hablarme.
Cerré mi paraguas,
dejé que descargaran su fuerza.
Las observé,
las escuché,
las cuidé.
Y entonces comprendí...
que era mi propia voz.
Ya veo, ya escucho, ya siento, ya puedo...
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:_)
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